Pearl Harbour
En esta guerra no faltan los
ataques inesperados, a traición, complicados y duros. Como
suele suceder con
estas agresiones, te sobrevienen cuando más confiado y seguro te encuentras y
te pillan por sorpresa y con las defensas bajas. Como en Pearl Harbour, donde
la aviación japonesa, sin previa declaración de guerra, atacó y desmanteló a la
armada norteamericana del Pacífico. Los pillaron por sorpresa, más o menos como
a mí.
Empieza el ataque |
Sucedió así, en vista de que
el tratamiento de quimio, después de doce sesiones, no avanzaba tanto como
deseábamos, decidimos cambiar de armas de ataque. Con el nuevo plan, que precisa
reservorio, me enchufan un difusor con los medicamentos para que vayan pasando
durante dos días. La idea es que te metan más dosis de medicamentos con menos
efectos secundarios. La primera sesión fue muy bien y con magnífica tolerancia.
El 17 de Junio me tocaba la
segunda sesión y al encontrar un poco de anemia, añadieron a la quimio una
bolsa de hierro y me ponen el segundo difusor. Parece que con el hierro me
entra algo más de energía, me encuentro mejor y duermo y descanso más y mejor.
Hunden el acorazado Arizona |
Poco a poco me encuentro más
cansado, no paseo y visito el wc más a menudo. El sábado 27 participo en la
comida anual y asamblea de La Chasca. Es uno de los momentos más gratos del año
con el reencuentro de todos los buenos amigos del colegio. Una de las
bendiciones de Dios es tener buenos amigos y yo los tengo. Además hemos tenido
buenas noticias de mi amigo Pepe Favieres, que dentro de la gravedad evoluciona
favorablemente y lo celebramos.
El día 1 de Julio tengo
visita con mi amiga Andrea con el preceptivo análisis, que me detecta que las
defensas están bajas otra vez, por lo que no me ponen quimio, si hierro.
Al día 2 a las cuatro de la
tarde me aparece un fuerte dolor abdominal, acompañado de vómitos. Me dan
manzanilla y nolotil y vuelvo a vomitar, por lo que me acompañan a Urgencias.
Allí me hacen todas las pruebas de siempre, placas incluidas. Me suben a la
4101 y me administran nolotil, suero, primperan y duermo. A las doce me dan
nolotil y paracetamol. Lucia se queda por la noche.
El siguiente día, 3 de
Julio, tomo agua, descanso, sigo con el reservorio. A las 4 me ponen un parche, creo que de morfina
o algo así, y una pastilla debajo de la lengua. Lógicamente, me quedo dormido.
Descanso, con algo de diarrea. Me ponen dieta blanda.
El día 6 fue uno de esos
días funestos de los que no querríamos acordarnos y que quizás por eso nunca
olvidaremos. Curiosamente, siendo uno de los más señalados de mi ya larga
existencia, no recuerdo nada, aparte de lo que me han contado. Lo trataré de
resumir de la forma más suave posible.
Despierto en mi habitación
del hospital, me encuentro bastante bien y antes de las 9, me visita Andrea que
dice que me darán de alta el miércoles y luego Emilia, muy amables y majas las dos. Luego Antonio López me da el
alta y me cambia el parche. Como y descanso en el hospital. A partir de
entonces no recuerdo nada de nada y a las 3, según me cuentan, empiezo a decir
tonterías. Quiero decir, más de lo habitual. Por no esperar a la ambulancia,
nos lleva a casa Lucia en coche. Luci, Lucia, Juanen y Joaquin, no salen de su asombro
por las cosas que digo y hago, y están mas y mas preocupados por lo que se quedan con
nosotros en casa. Llama Manolo que no entiende nada de lo que digo. Pierdo la
orientación, se me hinchan cada vez más los pies y no puedo andar. A las diez y por consejo de
un médico amigo, se ponen de acuerdo Lucia y Joaquin y me quitan el parche pero sigo lanzado y quejándome de la mala
suerte del Hércules al que le ha metido seis goles el Zaragoza. Hace años que
no juegan y de seis cero nada de nada. No puedo andar pero me empeño en ir de
acá para allá. Por fin me mandan una ambulancia pero yo no quiero subir por lo
que lo hacen entre el enfermero y Juanen. Yo le digo que lo único que quiero es
mear y que por favor me dejen tranquilo (repito que no recuerdo nada de nada).
Después de un interminable
viaje en ambulancia, llegamos a Urgencias sobre las dos, ya del día 7 Julio. Me
hacen, otra vez, toda clase de pruebas.
Me colocan el vial en el reservorio para pasarme suero y otras cosas que no
detallan. Supongo que algún sedante y algún antibiótico porque piensan que
tengo infección renal y me sondan. En especial por esto se escuchan desde fuera
del box donde están Luci y Lucia mis gritos y lamentos, por lo que están cada
vez mas angustiadas. Yo lo paso muy mal pero ellas peor, porque al fin y al
cabo no termino de enterarme de nada aunque doler, me duele.
Pasan la noche conmigo en el
box, muertas de frio, hasta que por fin a las siete, mientras empiezan a correr
los toros por la Corredera de Pamplona, me suben a la habitación que, por una
de esas casualidades era la 4101 que había abandonado dieciséis horas antes.
Despierto en la habitación y
gracias a los sedantes que creo haber recibido y al descanso, lo hago consciente
y extrañado de encontrarme de nuevo en la habitación que vagamente recordaba
haber abandonado y hablando con la cordura suficiente para tranquilizarles.
Cosa de la que tampoco era consciente. Me hace, la Dra. Elena, un Tac craneal sin
contraste. Luci y Lucia siguen con el frio y supongo que el susto, dentro del
cuerpo.
Por la tarde, conoce Marisa
a Andrea y me llevan para hacerme un Tac con contraste. Hay
fiebre, luego se confirma que tengo infección. ¿Renal o algo más? Sube a 38,5º
y me dan paracetamol. Descanso con la sonda y con poca fiebre. Hoy se cumple un
año de la operación del colon. A las 8 me dan más antibióticos.
El Tac ha salido bien pero
sigo con fiebre, paracetamol y antibióticos. Está claro que tengo alguna
infección. Todavía siguen sin ponerle nombre pero está claro que es una de
esas infecciones oportunistas que al pillarme descuidado me han atacado como
los japoneses a la flota americana. Me hacen análisis de sangre para tratar de
identificarla. No tengo apetito cosa que los menús hospitalarios no mejoran nada.
Me hacen un cultivo para ver si averiguamos algo más. Sigo con antibióticos,
paracetamol, fiebre y sudor. Empiezo con los batidos de proteínas y sabor choco.
Tomo medio. Otros antibióticos.
Ya conocemos el nombre del
invasor, se trata de Estafilococo dermatititis, que se encuentra habitualmente
en la piel y que parece que ha entrado por el reservorio por lo que me lo
tienen que quitar para lo que, previamente me ponen un vial en la mano con
dificultad por el estado encallecido de las venas. Me ponen a dieta hasta de
agua y las 7 de la tarde me bajan al quirófano donde estoy de 7,20 a 7,50.
Media hora después salgo contento. Sigo con fiebre y me dicen que cuando se
pase me quitarán la sonda.
Al día siguiente no tengo
fiebre y me reducen los antibióticos. Parece que el reservorio estaba atestado
de bacterias pero súper resistentes. Sueño inquieto y ligero, lógico. También
un poco de fiebre, 37,2º, pero me quitan la sonda, sin molestias.
El viernes 17 me dan de alta
pero debo estar en casa con dos tipos de antibióticos para tomar durante 13 días
para eliminar los restos que pudieran quedar de las bacterias.
El alta anunciada para las 3
de la tarde, me la dan a las 8. Me acuesto pronto, cansado pero feliz de estar
de nuevo en casa.
El domingo por la tarde le
empezaron las contracciones a Luci MM por lo que Manolo anula su viaje a
Barcelona parta regresar lunes a Bilbao a primera hora.
Estoy flojo, como regular pero no tengo fiebre, por lo que va bien, El jueves 23 al hospital por nuevos
análisis. No está Andrea, que ha tenido un accidente con fractura de la
vértebra lumbar, en su ausencia me debía ver Cristina pero me dicen que está en
la Vila. No aparece el historial, después se averiguará que los tiene Cristina,
pero me ve De la Paz, que me prescribe hierro en el hospital de día y me da
cita con Andrea para el día 6 de Agosto. Con el hierro mejora la sensación de
cansancio. Vamos a la nutricionista, Dra Ballesta. Me hace un estudio de dieta
y control y me receta los batidos, debo tomar dos al día sin que interfieran
las comidas, como suplemento. Uno al antes del desayuno y otro después de la
cena. Poco a poco voy recuperando fuerzas, aunque no el peso. Sigo sin fiebre pero
con pocas fuerzas.
El lunes 3, algo mejor, voy
al cine con la familia a ver Inside up. Bonita y original.
El día 5 por la noche
empieza un fuerte dolor abdominal a la altura de la vesícula, con dificultad
respiratoria. Remite al defecar y duermo hasta las siete. A las 8 nuevo
análisis y cita oncológica con Cristina, que nuevamente solo me prescribe
hierro. Por la noche, después de cenar con gusto y apetito y de toma r el
batido, empecé de nuevo con angustia. Vomité la cena y después dos veces más.
Dolores y dificultad respiratoria que trato de aliviar con relajación, pero sin
éxito. Tomé manzanilla y al relajarme algo me acosté hasta las 5 en que volví
al sofá. Solamente doblado sobre la cintura lograba respirar aunque con
dificultado. Me llevan a urgencias de Campello y las pruebas que me hacen lo
ven bien.
Vuelvo a casa y descanso algo
para volver al Clínico don de la las 11 tengo cita para un Tac con contraste
que por no tener claro si era de tórax o abdomen, hacen de las dos cosas, con
suerte porque el de tórax no era necesario pero el de abdomen hizo saltar las
alarmas. Emilia nos pide que esperemos, a la salida del Clínico. Cuando ven el
resultado salen Emilia y Cristina a explicarnos que se ve inflamada la vesícula
y parece que el páncreas, de donde se derivaban las dificultades respiratoria.
Pasamos por Urgencias de nuevo donde Emilia les da las explicación es de mi
estado. Está allí Francisco Orts. Me hacen placas y nuevas pruebas. Tengo 38,4º
y luego 38,6º. Hacen análisis con cultivo. Al parecer tengo infección de
vesícula y pancreas que esperan remita con los antibióticos porque de no ser
así tendrían que operar.
Me trasladan a la planta de
cirugía, 3202. La rapidez y la organización de Emilia han sido fundamentales
para atajar el problema de la mejor manera posible. Descanso y duermo bien,
sudando mucho por lo que me cambian la ropa de la cama.
El sábado 8, nuevos análisis
con dieta total, la fiebre baja a 36,4º Me encuentro mejor, descanso y duermo
bien. Ya no vuelvo a tener fiebre, quizás por la amenaza de la operación y sigo
a dieta. Parece que hay piedras en la vesícula. La noche del domingo 9 es mala
porque empiezo a orinar oscuro, con molestias y abundante. La evidencia del
sangrado hace que mu vuelvan a sondar, con las consiguientes molestias.
El lunes 10, me añaden a la
sonda unas bolsas que van destinadas a lavar la vejiga de la orina y el conducto de
los coágulos. Les cuesta salir, por lo que los dolores son muy fuertes que
persisten pese al nolotil. Cuando por fin me los aspiran a través de la sonda
con una jeringa enorme (que me infundió bastante temor), el dolor cesó totalmente.
Siguen los espasmos pero breves y espaciados. La tensión me llega a subir a 18.
Dieta blanda de la que como poco. La 3ª bolsa de lavado de vejiga y conducto,
sale ya amarillenta, sigo cenando poco y el medicamento contra los espasmos lo
tomo cada 12 horas. A las 23,30 me dan nolotil y antibiótico porque dicen que
al día siguiente tengo ecografía (solo me faltaba ponerme de parto aunque poco
me faltó)
.
La noche del lunes descanso
y el martes me traen desayuno. Dicen que no hay ecografía, que con el Tac del
otro día tienen suficiente. Ahora se hace cargo Pacheco al que esperamos pero
no viene porque tiene operaciones y urgencias. El pis de la bolsa sigue
saliendo clarito, por lo que la suprimen y ahora orinaré mi propio pis. Sale
claro. Desde entonces no he vuelto a tener fiebre y orino clarito. Cristina me
explica que la infección de la vesícula provocó la del páncreas pero que ya me
lo dirá Pacheco. No lo vi.
Me quitan la sonda sin
problema y me ponen un pequeño enema con lo que desahogo la orina y el vientre
y me encuentro mejor. Me hacen nuevos análisis para ver como evoluciona esto y
tomar las decisiones oportunas.
Hiroshima |
GRACIAS.