viernes, 28 de agosto de 2015

PEARL HARBOUR

Pearl Harbour

En esta guerra no faltan los ataques inesperados, a traición, complicados y duros. Como
Empieza el ataque
suele suceder con estas agresiones, te sobrevienen cuando más confiado y seguro te encuentras y te pillan por sorpresa y con las defensas bajas. Como en Pearl Harbour, donde la aviación japonesa, sin previa declaración de guerra, atacó y desmanteló a la armada norteamericana del Pacífico. Los pillaron por sorpresa, más o menos como a mí.

Sucedió así, en vista de que el tratamiento de quimio, después de doce sesiones, no avanzaba tanto como deseábamos, decidimos cambiar de armas de ataque. Con el nuevo plan, que precisa reservorio, me enchufan un difusor con los medicamentos para que vayan pasando durante dos días. La idea es que te metan más dosis de medicamentos con menos efectos secundarios. La primera sesión fue muy bien y con magnífica tolerancia.

El 17 de Junio me tocaba la segunda sesión y al encontrar un poco de anemia, añadieron a la quimio una bolsa de hierro y me ponen el segundo difusor. Parece que con el hierro me entra algo más de energía, me encuentro mejor y duermo y descanso más y mejor.

Hunden el acorazado Arizona
Poco a poco me encuentro más cansado, no paseo y visito el wc más a menudo. El sábado 27 participo en la comida anual y asamblea de La Chasca. Es uno de los momentos más gratos del año con el reencuentro de todos los buenos amigos del colegio. Una de las bendiciones de Dios es tener buenos amigos y yo los tengo. Además hemos tenido buenas noticias de mi amigo Pepe Favieres, que dentro de la gravedad evoluciona favorablemente y lo celebramos.

El día 1 de Julio tengo visita con mi amiga Andrea con el preceptivo análisis, que me detecta que las defensas están bajas otra vez, por lo que no me ponen quimio, si hierro.

Al día 2 a las cuatro de la tarde me aparece un fuerte dolor abdominal, acompañado de vómitos. Me dan manzanilla y nolotil y vuelvo a vomitar, por lo que me acompañan a Urgencias. Allí me hacen todas las pruebas de siempre, placas incluidas. Me suben a la 4101 y me administran nolotil, suero, primperan y duermo. A las doce me dan nolotil y paracetamol. Lucia se queda por la noche.

El siguiente día, 3 de Julio, tomo agua, descanso, sigo con el reservorio. A las 4 me ponen un parche, creo que de morfina o algo así, y una pastilla debajo de la lengua. Lógicamente, me quedo dormido. Descanso, con algo de diarrea. Me ponen dieta blanda.

El día 6 fue uno de esos días funestos de los que no querríamos acordarnos y que quizás por eso nunca olvidaremos. Curiosamente, siendo uno de los más señalados de mi ya larga existencia, no recuerdo nada, aparte de lo que me han contado. Lo trataré de resumir de la forma más suave posible.

Despierto en mi habitación del hospital, me encuentro bastante bien y antes de las 9, me visita Andrea que dice que me darán de alta el miércoles y luego Emilia, muy amables y  majas las dos. Luego Antonio López me da el alta y me cambia el parche. Como y descanso en el hospital. A partir de entonces no recuerdo nada de nada y a las 3, según me cuentan, empiezo a decir tonterías. Quiero decir, más de lo habitual. Por no esperar a la ambulancia, nos lleva a casa Lucia en coche. Luci, Lucia, Juanen y Joaquin, no salen de su asombro por las cosas que digo y hago, y están mas y mas preocupados por lo que se quedan con nosotros en casa. Llama Manolo que no entiende nada de lo que digo. Pierdo la orientación, se me hinchan cada vez más los pies  y no puedo andar. A las diez y por consejo de un médico amigo, se ponen de acuerdo Lucia y Joaquin y me quitan el parche pero sigo lanzado y quejándome de la mala suerte del Hércules al que le ha metido seis goles el Zaragoza. Hace años que no juegan y de seis cero nada de nada. No puedo andar pero me empeño en ir de acá para allá. Por fin me mandan una ambulancia pero yo no quiero subir por lo que lo hacen entre el enfermero y Juanen. Yo le digo que lo único que quiero es mear y que por favor me dejen tranquilo (repito que no recuerdo nada de nada).

Después de un interminable viaje en ambulancia, llegamos a Urgencias sobre las dos, ya del día 7 Julio. Me hacen, otra vez,  toda clase de pruebas. Me colocan el vial en el reservorio para pasarme suero y otras cosas que no detallan. Supongo que algún sedante y algún antibiótico porque piensan que tengo infección renal y me sondan. En especial por esto se escuchan desde fuera del box donde están Luci y Lucia mis gritos y lamentos, por lo que están cada vez mas angustiadas. Yo lo paso muy mal pero ellas peor, porque al fin y al cabo no termino de enterarme de nada aunque doler, me duele.

Pasan la noche conmigo en el box, muertas de frio, hasta que por fin a las siete, mientras empiezan a correr los toros por la Corredera de Pamplona, me suben a la habitación que, por una de esas casualidades era la 4101 que había abandonado dieciséis horas antes.

Despierto en la habitación y gracias a los sedantes que creo haber recibido y al descanso, lo hago consciente y extrañado de encontrarme de nuevo en la habitación que vagamente recordaba haber abandonado y hablando con la cordura suficiente para tranquilizarles. Cosa de la que tampoco era consciente. Me hace, la Dra. Elena, un Tac craneal sin contraste. Luci y Lucia siguen con el frio y supongo que el susto, dentro del cuerpo.

Por la tarde, conoce Marisa a Andrea y me llevan para hacerme un Tac con contraste.  Hay fiebre, luego se confirma que tengo infección. ¿Renal o algo más? Sube a 38,5º y me dan paracetamol. Descanso con la sonda y con poca fiebre. Hoy se cumple un año de la operación del colon. A las 8 me dan más antibióticos.

El Tac ha salido bien pero sigo con fiebre, paracetamol y antibióticos. Está claro que tengo alguna infección. Todavía siguen sin ponerle nombre pero está claro que es una de esas infecciones oportunistas que al pillarme descuidado me han atacado como los japoneses a la flota americana. Me hacen análisis de sangre para tratar de identificarla. No tengo apetito cosa que los menús hospitalarios no mejoran nada. Me hacen un cultivo para ver si averiguamos algo más. Sigo con antibióticos, paracetamol, fiebre y sudor. Empiezo con los batidos de proteínas y sabor choco. Tomo medio. Otros antibióticos.

Ya conocemos el nombre del invasor, se trata de Estafilococo dermatititis, que se encuentra habitualmente en la piel y que parece que ha entrado por el reservorio por lo que me lo tienen que quitar para lo que, previamente me ponen un vial en la mano con dificultad por el estado encallecido de las venas. Me ponen a dieta hasta de agua y las 7 de la tarde me bajan al quirófano donde estoy de 7,20 a 7,50. Media hora después salgo contento. Sigo con fiebre y me dicen que cuando se pase me quitarán la sonda.

Al día siguiente no tengo fiebre y me reducen los antibióticos. Parece que el reservorio estaba atestado de bacterias pero súper resistentes. Sueño inquieto y ligero, lógico. También un poco de fiebre, 37,2º, pero me quitan la sonda, sin molestias.

El viernes 17 me dan de alta pero debo estar en casa con dos tipos de antibióticos para tomar durante 13 días para eliminar los restos que pudieran quedar de las bacterias.

El alta anunciada para las 3 de la tarde, me la dan a las 8. Me acuesto pronto, cansado pero feliz de estar de nuevo en casa.

El domingo por la tarde le empezaron las contracciones a Luci MM por lo que Manolo anula su viaje a Barcelona parta regresar lunes a Bilbao a primera hora.

Estoy flojo, como regular pero no tengo fiebre, por lo que va bien, El jueves 23 al hospital por nuevos análisis. No está Andrea, que ha tenido un accidente con fractura de la vértebra lumbar, en su ausencia me debía ver Cristina pero me dicen que está en la Vila. No aparece el historial, después se averiguará que los tiene Cristina, pero me ve De la Paz, que me prescribe hierro en el hospital de día y me da cita con Andrea para el día 6 de Agosto. Con el hierro mejora la sensación de cansancio. Vamos a la nutricionista, Dra Ballesta. Me hace un estudio de dieta y control y me receta los batidos, debo tomar dos al día sin que interfieran las comidas, como suplemento. Uno al antes del desayuno y otro después de la cena. Poco a poco voy recuperando fuerzas, aunque no el peso. Sigo sin fiebre pero con pocas fuerzas.

El lunes 3, algo mejor, voy al cine con la familia a ver Inside up. Bonita y original.

El día 5 por la noche empieza un fuerte dolor abdominal a la altura de la vesícula, con dificultad respiratoria. Remite al defecar y duermo hasta las siete. A las 8 nuevo análisis y cita oncológica con Cristina, que nuevamente solo me prescribe hierro. Por la noche, después de cenar con gusto y apetito y de toma r el batido, empecé de nuevo con angustia. Vomité la cena y después dos veces más. Dolores y dificultad respiratoria que trato de aliviar con relajación, pero sin éxito. Tomé manzanilla y al relajarme algo me acosté hasta las 5 en que volví al sofá. Solamente doblado sobre la cintura lograba respirar aunque con dificultado. Me llevan a urgencias de Campello y las pruebas que me hacen lo ven bien.

Vuelvo a casa y descanso algo para volver al Clínico don de la las 11 tengo cita para un Tac con contraste que por no tener claro si era de tórax o abdomen, hacen de las dos cosas, con suerte porque el de tórax no era necesario pero el de abdomen hizo saltar las alarmas. Emilia nos pide que esperemos, a la salida del Clínico. Cuando ven el resultado salen Emilia y Cristina a explicarnos que se ve inflamada la vesícula y parece que el páncreas, de donde se derivaban las dificultades respiratoria. Pasamos por Urgencias de nuevo donde Emilia les da las explicación es de mi estado. Está allí Francisco Orts. Me hacen placas y nuevas pruebas. Tengo 38,4º y luego 38,6º. Hacen análisis con cultivo. Al parecer tengo infección de vesícula y pancreas que esperan remita con los antibióticos porque de no ser así tendrían que operar.

Me trasladan a la planta de cirugía, 3202. La rapidez y la organización de Emilia han sido fundamentales para atajar el problema de la mejor manera posible. Descanso y duermo bien, sudando mucho por lo que me cambian la ropa de la cama.

El sábado 8, nuevos análisis con dieta total, la fiebre baja a 36,4º Me encuentro mejor, descanso y duermo bien. Ya no vuelvo a tener fiebre, quizás por la amenaza de la operación y sigo a dieta. Parece que hay piedras en la vesícula. La noche del domingo 9 es mala porque empiezo a orinar oscuro, con molestias y abundante. La evidencia del sangrado hace que mu vuelvan a sondar, con las consiguientes molestias.

El lunes 10, me añaden a la sonda unas bolsas que van destinadas a lavar la vejiga de la orina y el conducto de los coágulos. Les cuesta salir, por lo que los dolores son muy fuertes que persisten pese al nolotil. Cuando por fin me los aspiran a través de la sonda con una jeringa enorme (que me infundió bastante temor), el dolor cesó totalmente. Siguen los espasmos pero breves y espaciados. La tensión me llega a subir a 18. Dieta blanda de la que como poco. La 3ª bolsa de lavado de vejiga y conducto, sale ya amarillenta, sigo cenando poco y el medicamento contra los espasmos lo tomo cada 12 horas. A las 23,30 me dan nolotil y antibiótico porque dicen que al día siguiente tengo ecografía (solo me faltaba ponerme de parto aunque poco me faltó)
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La noche del lunes descanso y el martes me traen desayuno. Dicen que no hay ecografía, que con el Tac del otro día tienen suficiente. Ahora se hace cargo Pacheco al que esperamos pero no viene porque tiene operaciones y urgencias. El pis de la bolsa sigue saliendo clarito, por lo que la suprimen y ahora orinaré mi propio pis. Sale claro. Desde entonces no he vuelto a tener fiebre y orino clarito. Cristina me explica que la infección de la vesícula provocó la del páncreas pero que ya me lo dirá Pacheco. No lo vi.

Me quitan la sonda sin problema y me ponen un pequeño enema con lo que desahogo la orina y el vientre y me encuentro mejor. Me hacen nuevos análisis para ver como evoluciona esto y tomar las decisiones oportunas.

Hiroshima
Por fin el jueves día 13 me dan el alta y vuelvo a casa. A partir de ahora, revisiones de vez en cuando, lo que está bien para mantenerme controlado y ver si se acaban las sorpresas y los ataques a traición. Me he cargado a la flota japonesa y sin necesidad de bombas atómicas ni nada. Aunque, bien pensado, no me vendría mal. ¿Armas empleadas?, buena atención médica, atenta a los cambios y evolución del tema. Aguantoformo. Cuidado y atención de la familia y el amor que he recibido, en especial de mi mujer e hijas que no me han dejado solo un minuto. 
GRACIAS.