Son dos armas imprescindibles en la lucha diaria frente a un enemigo solapado que no se rinde. Paciencia porque puede resultar monótona la repetición de una sesión tras otra y de consecuencias molestas y confianza porque no te permite hacer muchos planes saber en que condiciones te encontrarás mañana. Tienes por un lado incertidumbre y por otro menos monotonía aburrida de conocer de antemano las reacciones de tu cuerpo. Una lata.
Ya sabes que el miércoles que te toca tienes a las 8 de la mañana análisis de sangre. luego de desayunar, a esperar que te vea la médico, sabiendo casi fijo lo que te va a decir y a esperar otra vez tu turno para que te inyecten la quimio, una hora de espera, como poco y tres de tratamiento. Una lata y que dure muchos años.
Después de esto, ya sabes también, durante catorce dias, aparte de tu tratamiento habitual por tus achaques, tres Xeloda después del desayuno y otros tres después de la cena. Otra semana de descanso y nuevo miércoles y a repetir el mismo ciclo. A partir del tercer día empiezan los efectos por los que no me encuentro bien, ni mal, sino todo lo contrario.
Durante esas dos semanas, pueden pasar muchas cosas, no todas negativas. Puede que te encuentras en aceptable condición física o bien muy cansado. Puedes tener diarrea o estreñimiento, tener buen apetito o que no te apetezca nada. Las defensas, mas o menos, bajan siempre, por lo que te puede atacar alguna infección oportunista que se aprovecha de ello y te sube algo la fiebre, por lo que empiezas a tomas antibióticos durante una semana. Esto alivia la infección, pero no las defensas ni el funcionamiento normal del tracto intestinal, por lo que te toca visitar mas a menudo al Sr Roca. Nada importante salvo el hecho de no poder prever lo que podrás hacer mañana y lo que no.
Me pongo el termómetro a menudo en estos días, que no suele subir de 37º, todo lo mas llega a 37,4º. Entonces tomo paracetamol y en caso de continuar por encima de 37 me dan antibióticos durante una semana. Como prevención para evitar que esa infeccción que no se nunca de que clase es y a que afecta, vaya a más. Ni siquiera se con seguridad si tengo infección o sólo baja de defensas, pero que es una precaución necesaria.
Me pongo el termómetro a menudo en estos días, que no suele subir de 37º, todo lo mas llega a 37,4º. Entonces tomo paracetamol y en caso de continuar por encima de 37 me dan antibióticos durante una semana. Como prevención para evitar que esa infeccción que no se nunca de que clase es y a que afecta, vaya a más. Ni siquiera se con seguridad si tengo infección o sólo baja de defensas, pero que es una precaución necesaria.
A todo esto, virgencita, que me quede como estoy, pero no deja de ser una lata. Entre otras cosas, mientras estoy así no me muevo de casa, nada de paseos, cuidado con el frío y claro, el vino no olerlo. Bebo poco, pero media copita en la comida me acompaña mucho cuando la puedo tomar y mas aún teniendo provisión de merinos. A veces me mojo los labios con el vino y me resulta muy grato el saborcito.
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