miércoles, 20 de agosto de 2014

¿Y ahora, que?

¿Y AHORA, QUE?

Primera etapa, te anuncian que lo que tienes es cáncer. Hablas con tu médico, en quien confías (si no es así, cámbialo) y te explica las características del tumor y los tratamientos apropiados para combatirlo, con sus pros y sus contras. Por supuesto, el medio más efectivo es la cirugía, te lo quitan y listo. Pegas, a nadie le apetece que le anestesien y rajen y además, ¿Quién te garantiza que quitan todo lo malo?, Le preguntas al médico, ¿no hay otra solución? Te presentan las distintas alternativas y al final, pensando en quitarte de encima el tumor, de una vez por todas, optas por la cirugía

Ha salido bien, soy feliz
Decía mi padre que, ante un problema grave no te preocupes. Puede salir bien o mal. Si sale bien, no hay de qué preocuparse y si sale mal, se acabaron las preocupaciones. En mi caso salió bien, por eso estoy ahora contándolo. Claro que el posoperatorio es latoso pero te consuelas diciéndote, no te quejes que has salido bien de la primera etapa.

Ahora viene la segunda. Tu confianza y actitud positiva ante los contratiempos o posibles preocupaciones, son el primer requisito para superar bien esta segunda fase y aquí la confianza en tu médico sigue siendo fundamental.

En el mejor de los casos, debes someterte a revisiones periódicas para ver cómo evolucionan las células que han escapado y que se buscan la vida por donde pueden.

Para combatirlas pueden recomendarte radioterapia pero lo más usual es la quimio. Periódicamente, puede ser como en mmi caso cada tres semanas o cada semana o en plazos más largos, depende de cada caso. El primer día te meten en vena una serie de productos, más o menos personalizados, con el objetivo o bien de matar las células cancerosas o, si no es posible, evitar su reproducción, privarles de elementos que necesitan para sobrevivir o reproducirse o evitando que les lleguen las proteínas necesarias para sintetizar el ADN o el ARN. Todos estos mejunjes atacan a las células peligrosas y der paso perjudican lo suyo a las sanas. Después der ese primer día, durante un periodo de tiempo (en mi caso dos semanas) siguen tomando productos anticancerosos, todos los días en tu casa, con similares efectos buscado o indeseados.

El principal objetivo, puesto que no es fácil diferenciar las dañinas de las sanas, es dirigirse contra las que tienen una reproducción más rápida, que suelen ser las cancerosas, pero también las capilares, el interior del intestino grueso, la boca, manos y pies y algunas más que no ponen en grave peligro tu salud pero dan la lata bastante.

Observa y coméntale a tu médico los síntomas que padeces para que él te ayude a superarlos. Puede que tengas náuseas, llagas en la boca que dificulten la comida, caída del `pelo, hormigueos o dolores en manos y pies, diarreas o estreñimientos. Para todo eso hay si no remedio (porque es consecuencia de la medicación), sí por lo menos alivio.


Siempre debes procurar llevar una vida saludable, con una alimentación sana y variada con los nutrientes que necesitas. Sin abusar y controlando el peso. Ejercicio moderado y disciplinado, cuidar la memoria, mantenerte ocupado sin demasiados agobios. Lo ideal es que te encuentres a gusto con tu trabajo, que tu trabajo te divierta y tu diversión te suponga esfuerzo. Cuida a tus amigos y a tu familia, deben ser tu principal ocupación. Serás feliz y difícilmente enfermarás. Pero si enfermas obedece a tu médico y cumple los tratamientos y los controles que te prescriba. Si haces todo esto, sanarás más rápidamente y mejor. No vivirás siempre pero lo harás más y mejor

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