Consejos de ayuda
Me consultan conocidos sobre
la mejor forma de ayudar a amigos o familiares cercanos a los que se les ha
diagnosticado cáncer. Su deseo de ayudar es muy grande pero no saben como
hacerlo.También he visto a muchos bienintencionados que en vez de ayudar
empeoran el estado de ánimo que pretenden levantar.
El cáncer es algo que hemos visto
desde lejos, procurando mirar para otro lado. Es una palabra que nos impresiona
hasta el punto de resistirnos a pronunciarla y cuando nos pilla tan de cerca no sabemos como reaccionar. ¿Qué hago?,
¿Qué le digo?
Le podemos decir cuanto lo sentimos,
lo mucho que nos ha afectado una noticia tan terrible, espantosa… ERROR, le vamos a dejar peor de lo que
estaba y con menos ánimos para pelear por su salud.
Pues ya está, le decimos lo
contrario, que eso no es nada, que es pan comido que se lo va a quitar de en
medio en un plis plas … ERROR, nuestro
amigo no es tonto y sabe que le estamos engañando y pensará que le mentimos
porque está peor de lo que pensaba.
Pues nada, me hago el sueco,
yo no sé nada y hablo con él como si nada hubiera pasado ERROR, sabe que lo sabes y si te haces el tonto quedarás como tal y
lo que es peor pensará que le ocultáis su gravedad.
Lo mejor es visitarle más a
menudo y llevarle algún regalo, libros o lo que más le guste, para que vea lo
que le quieres y … ERROR, parecerá que os estáis despidiendo de él..
Es verdad, pues lo que haré
es espaciar mucho más las visitas, para no molestar y no ir a verle sin
llamarle previamente preguntando si podemos ir a verle sin molestar, hay que
ser prudente, ¿no es así?. Pues mira, otra vez ERROR, ¿Cuándo te has anunciado previamente y pedido permiso para visitarle?,
y ahora ¿Por qué?
No cambies los hábitos,
seguís siendo los mismos buenos amigos de la semana pasada y no hay razón
alguna para cambiar.
En los momentos difíciles y
este lo es sin duda, se conoce a los amigos. Como tal, sabes de que pie cojea,
lo que le gusta y lo que no, sus puntos débiles y fuertes y cuáles son sus
actitudes ante la vida
.
El cáncer no es ninguna
sentencia, es una dificultad seria para la que se conocen remedios que hasta
hace poco eran inimaginables y las mejores armas para combatirlo son, aparte de
los avances médicos, una actitud positiva y el apoyo de las personas que le
quieren. Los amigos y la familia no tienen que tratar de influirle ni
convencerle de nada, simplemente apoyarle y rodearle de sentimientos positivos.
Si el amigo que trata de ayudar tiene prejuicios, miedos y sentimientos
negativos respecto a la enfermedad en cuestión, le será de poca ayuda a menos
que cambie él por dentro.
El cáncer es una enfermedad
de pronóstico incierto que puede venir acompañada de muchas complicaciones que
alargan el proceso y que hay que combatir conforme se van presentando, una a
una. Habrá momentos en que se encuentre mejor, con más fuerzas y ánimos y otros
con menos. Allí están los amigos para ayudar, con toda la verdad por delante. Si
se lo propone superará este trago como ha superado los anteriores y se superarán
los que se presenten. Ayer se encontraba mejor y mañana se volverá a encontrar
bien. De todas formas, el hecho de estar enfermo no significa que no pueda
disfrutar de la vida. Hay muchas cosas que puede hacer y de las que puede
disfrutar. Si un día no tiene fuerzas ni ánimos para disfrutar de las cosas que
le gustan, piensa que mañana si podrá. Piensa también que el tener un amigo que
comparte sus preocupaciones y sus padeceres, es un regalo por el que debe dar
gracias a Dios, porque los males compartidos son más llevaderos.
Es fundamental la decisión
de superar lo que venga y de disfrutar de la vida todo lo que sea posible.
Parece mas difícil de lo que es. Al fin y al cabo debemos pensar que la vida es
demasiado corta como para desperdiciarla lamentándonos y no sacando todo el
provecho que se pueda a lo que tenemos. De mi experiencia personal diré que he
visto muy buenos ánimos en la mayoría de los enfermos con los que he coincidido en
el hospital y que las depresiones son mucho mas frecuentes y graves entre los
sanos que entre los enfermos.
Es claro que algún día cada
uno de nosotros morirá, seguramente de ninguna de las cosas que ahura le preocupan. Se trata de
que nuestro final llegue lo más tarde y apaciblemente posible y que hasta
entonces vivamos una vida plena y feliz y podamos compartir esa felicidad con
los que amamos y nos aman. Todos tenemos mucho que dar y compartir.